Que los niños no jueguen aquí

La escena es la puerta de la caseta de bombeo de las casas de colores (ver la entrada "La lucecita parpadea"). El momento, las 21 horas del jueves, poco después de una tromba de agua que cayó. El agua negra que inunda la entrada no es sencillamente lluvia que ha caído allí o que ha entrado de los alrededores. Son aguas fecales, que aparentemente han salido de debajo de la puerta. Las bombas están sobrecargadas. Desde detrás de la caseta se puede oír el ruido de muchísima agua que desborda el sistema y cae en el arroyo. La lucecita no parpadea; tal vez se ha apagado.

Para la mañana del viernes, el agua había bajado, dejando la basura y restos de la contaminación. En el pasado cuando hemos protestado por aguas negras que aparecen donde no tienen que estar, el Ayuntamiento nos ha dicho que es nada más que unos vecinos han pintado algo con pintura negra y han lavado las brochas, dejando negra el agua.

El Ayuntamiento ha declarado que las aguas que salen de la caseta no amenazan nuestra salud. Sin embargo, sugiero que los padres que normalmente dejan que sus niños jueguen allí les busquen otro lugar.