Aventuras en el nuevo puente

Una tarde de éstas fuimos a caminar por primera vez en el nuevo puente. Sabíamos que era para bicicletas y peatones, pero entrando desde el término norte no era obvio en cuál lado teníamos que estar. Ah, ¡nos habían dado una indicación! La señalización claramente dice que en el lado a la izquierda, está “prohibida la circulación de bicicletas y ciclomotores”, según el manual de normas de circulación.

Concluyendo que si a la izquierda se prohíben bicicletas, por allí debíamos caminar, fuimos a disfrutar del puente. El nombre, “El Mirador de Sevilla”, resulta bueno, pues hay una vista buena de Sevilla.

Pero resulta que es peligroso quedarse allí mirando. Vinieron un grupo de niños en bicicleta, afortunadamente amigos nuestros, y nos preguntaron que si no sabíamos que teníamos que estar en el otro lado. No, no lo sabíamos. Nos corrigieron justamente a tiempo para evitar que más ciclistas, que venían a una velocidad apropiada para el Tour de Francia, chocaran con nosotros.

Llegando al otro término del puente, pudimos observar que por cierto la parte a la izquierda tenía pintadas las líneas para carril bici. Dando la vuelta en el final del camino que lleva el puente, descubrimos la fuente de la confusión. Como es obvio la señalización dice que las bicicletas están prohibidas precisamente donde pintan la bici en el suelo.

Hay dos posibilidades. O pintaron mal el suelo, o la persona que puso la señalización no conduce coche y no sabía que tiene que estar en el otro lado.

Podríamos decir que no importa el detalle, pero los niños que van por allí son los futuros conductores de coches. Si por andar allí aprenden que la figura de bicicleta con un círculo rojo alrededor quiere decir que por allí van las bicis, les estamos educando mal.

Por favor, cambien la señalización al otro lado para proteger a los peatones.