Guzman de otro punto de vista
Durante las últimas semanas he tenido una buena oportunidad de ver a Guzmán de otro punto de vista: el de una persona en una silla de ruedas.
En los últimos años el Ayuntamiento ha hecho un esfuerzo grande por poner accesos a las aceras en las esquinas, especialmente en el centro del pueblo. Por ejemplo, la esquina de la Calle Cervantes con la Calle Real tiene acceso en tres de las cuatro esquinas:

Hay una rampa para cruzar la calle Cervantes y el andén elevado que cruza la Calle Real se maneja bien. El fuerte pendiente que baja del Ayuntamiento a la Calle Real sigue siendo peligroso para una silla de ruedas, pero por lo menos una persona a pie lo puede negociar.
Sin embargo, hay mucho camino por correr. Por ejemplo, si me encuentro en la calle frente a la Plaza de la Constitución, no hay manera de subir a la plaza sin tener alguien que me suba la silla.

Si logro subir a la plaza, tengo que dar la vuelta entera al Ayuntamiento para salir a la Calle Cervantes.


No hay manera de llegar a la biblioteca. Esta rampa es algo que no me atrevo a bajar, aun andando con los pies en buen estado.
Bien, supongo que no encuentro manera de subir a la plaza y me quedo en la calle frente a ella. Hay una rampa al pie de la cuesta en la esquina de la iglesia. ¿Pero cómo llego a ella?

No hay rampa hasta la mitad del camino, donde hay una salida de garaje. Si fuera una calle poco transitada, podría rodar en la calzada hasta allí, pero los coches dan la vuelta rápida e inesperadamente y me parece peligroso.

Si llego a esa salida de garaje y me pongo en la acera, de inmediato encuentro un pasaje algo estrecho. Pude pasar agachándome, pero los cochecitos de bebés no se agachan y por eso se ven tantas madres caminando en la calle por allí. Si llego a la esquina, puedo seguir cuesta arriba, pero para ir a la Plaza Rosario para tomar un cafecito tengo que subir cien metros al lado de la iglesia, cruzar la Calle Real y bajar en el otro lado. La acera en el lado norte de la Calle Real no sigue y no tiene bajada fácil.

También hay limoneros que no admiten paso

y contenedores también.

No podemos cambiar de noche a día lo que menciono arriba, pero todos tenemos en nuestro poder evitar aparcar coches y motos en la acera.
Bueno, no os cansaré más con el cuento.
¡SOLIDARIDAD CON LOS MINUSVÁLIDOS, POR FAVOR!
Etiquetas: Aceras
2 Commentarios:
Muy bien, Carolina, con las imágenes publicadas sobran las palabras. No obstante, te invito a un recorrido por la zona de la Ladera, zona esta, totalmente imposible para personas mayores o con alguna disminución, especialmente Los acerados de la prolongación de la calle Jaen con Fernanda Cuadrado.
No he hecho el recorrido de la zona de la Ladera porque me faltan ganas de suicidarme en la silla de ruedas. Tienes razón, esa zona está totalmente imposible.
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